Correr para parar

 

Runrún, runrún... runrún en tu cabeza que no para... que no para. Pero entonces decides salir a correr y corres... y corres... y cuanto más cansas tus piernas, más descansa tu cabeza. Y nada más apretarte los cordones tus preocupaciones se aflojan un poco.

Es lo que tiene el deporte: que apenas empiezas a moverte todo lo que pasa en tu cabeza empieza a pararse.

Porque puedo

Comentarios